Karukinká, “mi
tierra”, así es como llamaban los antiguos tehuelches, onas y shelknam a la última tierra del sur, a la isla
que más tarde Magallanes llamaría “Tierra de las hogueras” y que hoy conocemos
como “Tierra de Fuego”.
Karukinká, parque nacional chileno ubicado en Tierra de
Fuego, casa de guanacos, pájaros carpinteros negros y zorros colorados
fueguinos.
Karú-Kinká, magnífica novela de Bartolomé Soler, que narra las vivencias
de los habitantes de aquellas tierras, lugares inhóspitos, con inviernos
blancos de intenso frío y cortos veranos de vientos huracanados.
Karukinká, hoy, un sueño. Será mi tierra por unos días, y recuerdo para
el resto de mi vida.
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