domingo, 23 de marzo de 2014

Emociones

Mi viaje a la Patagonia ha sido el más emocional de mi vida. Ahora toca asimilar.
El hecho de "andar sola" (todos los chilenos me preguntaban "¿y andas sola?") lo intensifica todo.
Esas emociones comenzaron hace años, cuando alguna imagen de allá llegó hasta mí y ya quedó dentro con el anhelo de pisar aquellas tierras algún día.
Los años van pasando y el "algún día" tenía que ser pronto, ya. Si tenía alguna duda sobre la decisión, ésta se disipó el día que conocí a alguien muy especial que un día tuvo el mismo sueño y lo realizó.
No soy una persona llorona. Ya no. Creo que me vacié durante años, cuando el dolor de mi alma ya no podía más al añorar a personas muy queridas. Pero en estos meses, las lágrimas me han lavado los ojos muchas veces. Unas, de alegría, otras por contemplación de la belleza infinita de la naturaleza, unas cuantas por despedidas y algunas, de impotencia. Bueno, y también al pelar alguna cebolla.
Recuerdo la inmensa alegría el día que supe que mi permiso laboral estaba concedido y salí a la montaña a desfogar tanta felicidad.
Y el día que marché, que pasé varias horas llorando en el tren al despedirme de mi madre.
Y la naturaleza increíble, que tanto me ha llenado, el Paine, Navarino, Fitz Roy y Cerro Torre, los glaciares (Perito Moreno, Exploradores, O'Higgins, Queulat, entre otros), las navegaciones, Cerro Castillo, los senderos y ventisqueros por Queulat, Hornopirén, Cochamó con su Cerro Arco Iris,...
Y mi mala suerte con los transportes, que me hicieron pasar los momentos más críticos.
Y las despedidas, alguna muy emotiva; y, consciente de que posiblemente no volveré a ver a estas personas que fueron como mi familia por unos días. Anu, Lisa, Víctor y Fabiola, Phillip y Lisa, Tomás, Felipe, Lucho y Benja, Heinz, Evelyne, Juan Carlos, Roberto, Angélique, César, Simón y Lía, Mauro, Robert, Noemí, Bárbara y Nicolo, Manuel y Silvie, Caren y Juliet. ¡Suerte compañeros! ¡Que vaya muy bien!
Me he venido plena, llena de sensaciones y emociones, que me han hecho crecer interiormente...
Pero hoy no tengo el alma para fiestas. Quien llegó con mi ilusión del viaje, ahora sale de esa parte del corazón que la razón no entiende. No preguntéis, ya se me pasará. Mi refugio lo encontraré, como siempre, en la naturaleza y en mis queridos amigos.


4 comentarios:

  1. Esta vida es sentir Lola, otra cosa no nos llevamos. Un beso muy grande!!

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  2. ¡¡ loable !! tu texto,tu gratitud,tus sentimientos y emociones.....

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  3. He seguido tus relatos aunque reconozco que me he saltado algunos. "Una excusa para volver"...como dices tú. Me enteré de tu viaje por tu madre a la que tuve la suerte de conocer en persona (y a tu padre también) en un encuentro entre blogueras en Almería. Este año me tocó venir a este país para trabajar y a mí también me gustría conocerlo del norte al sur...con la suerte que si todo va bien, tendré 4 años para ello.
    Me alegra que te vas contenta porque eso le hace muy feliz a tu madre, Lola. ¡Buen viaje! (a mi querida España)

    Un abrazo,
    Eva

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  4. Que linda Lola, me alegra que disfrutaras mucho tu viaje, además se agradece haberte conocido y descubrir que al caminar por tierras desconocidas siempre es posible encontrar a gente bella como vos. Y como la vida es impredecible, ¿quién dice que no nos volveremos a encontrar? Ya sabes que si vienes por estas tierras porteñas, nos avisas para disfrutar de algo juntos.
    Te dejo un beso y gracias por compartir tus fotos y letras

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