domingo, 9 de febrero de 2014

Cuestión de peso

Hace muchos años un anuncio decía: "no pesan los años, pesan los kilos". Y vaya si pesan.
Se acordará mi querido Alfonso de aquella reflexión que hizo sobre este asunto en ese libro tan especial, que guardo como un tesoro.
Pues bien, hasta a los que en principio no tenemos problemas de peso (corporal), los kilos nos quitan el sueño. Es mi mayor problema en este viaje.
Justo antes de salir al trekking de Navarino, pude pesar mi mochila. Con todo, agua y comida incluida, pero sin contar la cámara de fotos (pesa más de un kilo con funda), la báscula marcaba 22 kg. Un auténtico disparate, pero más si pensamos en el peso relativo. Subía monte ¡con la mitad de mi peso! Así de mi lentitud, ¡no sólo por el disfrute del paisaje y el gusto de tomar fotografías!
Pero lo peor del asunto, es que ahí fui con lo justo. Había aprendido la lección después del trekking del Paine, en el que llevé muchas más cosas. No sé con certeza con cuántos kilos empezaría, pero seguro que 24 ó 25.
Así, que cuando me desprendo de semejante lastre, me parece levitar y entonces, mis propios kilos me parecen menos.










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