martes, 18 de febrero de 2014

O'Higgins

Terminada mi caminata hasta el puesto fronterizo chileno, vi que llegaba a tiempo de embarcar para ir a ver el glaciar O'Higgins, antes de cruzar el lago O'Higgins para llegar a Puerto Bahamondez y de ahí a Villa O'Higgins.
Y es lo mejor que pude hacer hoy.
La navegación del glaciar, acercándonos a las montañas nevadas con otros glaciares colgantes, viendo témpanos de gran tamaño y de todos los tonos posibles, en un lago de un color turquesa precioso, ha resultado fabulosa.
De cerca, el glaciar es fastuoso, de gran altura, que se adentra en el lago, con unas grietas que asustan. Algunas de sus agujas estaban quebradas y se apoyaban en otras puntas. Desprendimientos, crujidos, témpanos. De pronto, un rayo iluminando el espectáculo.
Nos ofrecieron whisky con hielo de glaciar y luego, aún con el hielo milenario, otros pasajeros me dieron a probar pisco chileno. Yo, que no tomo estas bebidas, iba mareadilla, y no por el barco.
Después, el viento apretó y el lago se puso bravo.
Las nueve horas de navegación las compartí con Juan Carlos, profesor de universidad, que estaba por allí para desarrollar un proyecto de turismo y trekking, diseñando una ruta, buscando lugares de acampe, sitios para un refugio, etc. ¡Hay trabajos estupendos! Y él encantado, le pagan por hacer algo que le entusiasma.
Le pregunté por qué en Chile llaman ventisqueros a los glaciares. Me explicó que es un tecnicismo. Ventisquero es un glaciar que desemboca en el mar o una laguna, teniendo contacto con él.
Hoy, desde luego, ¡lo pasé bakán!




















Con Juan Carlos

Un brindis con hielo milenario















Villa O'Higgins





1 comentario:

  1. Nunca había reparado en eso, glaciar y ventisquero, tienes razón que así le decimos y no sabía tampoco la diferencia.
    Gracias Lola, eres Bakán!

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