miércoles, 19 de febrero de 2014

Paisaje, carretera austral

A partir de ahora puedo tener opciones, pero no mucha planificación, ya que todo depende de los transportes.
Cuando desperté esta mañana, no sabía dónde iba a dormir la próxima noche.
Pregunté por el bus a Cochrane. Sólo hay dos a la semana, viernes y lunes, pero hoy martes había un servicio especial. Completo a falta de confirmar un pasajero. Baja. ¡Tengo billete! (El viernes también estaba completo y habría tenido que irme lunes o hacer dedo).
Salía por la tarde, así que he tenido tiempo para subir el cerro junto al pueblo por un precioso senderito y disfrutar de la vista de Villa O'Higgins, flanqueado por montañas y tres lagos.
Llegó la hora de partir, en minibus. Subo y mi número de asiento no estaba escrito. Cambié hasta tres veces de sitio antes de partir. Y fue muy divertido porque Roberto (quien me invitó ayer a pisco en el barco) le decía al chófer al cambiarme de sitio la tercera vez: "no me la quite de mi lado". Y el hombre junto al que me senté me dice: "Usted ya no se mueve de aquí, le eché el ojo cuando la vi".
Y el señor, de 68 años, se puso a pololear (como llaman a ligar, coquetear) conmigo. Al principio del camino me enseñaba qué tierras eran suyas y me decía que si me quedaba, me ducharía en esas cascadas... Y a mitad de camino, quedaron asientos libres, y volví a cambiar.
Pero lo que espero perdure en el recuerdo es el paisaje.
En las siete horas de camino por la carretera austral (a ratos mala, a ratos regular, pero con muchísimo encanto) no cerré los ojos ni un segundo. Perdí la cuenta de los valles que recorrimos y cruzamos, de lagos, ríos y cascadas que vimos. Todo flanqueado por cerros con glaciares o nieve. Sí, perdí la cuenta, pero muchos más de cien. Cientos.
Un fiordo lo cruzamos en barcaza. Así es la carretera austral.
Y nos pilló la noche y miré las estrellas, distinguiendo la cruz del sur.
Nunca imaginé cómo sería este camino, pero jamás en mi cabeza lo habría pintado tan grandioso, tan soberbio, tan lindo.

(Apenas tengo fotos porque iba mal situada en el autobús, una pena, pero el espectacular recuerdo del recorrido se viene conmigo)








La micro y la barcaza







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